Soltar. Una palabra que suena tan sencilla, pero que en la práctica puede sentirse como un salto al vacío.
Especialmente cuando vives con fibromialgia, puede parecer imposible: soltar expectativas, soltar la vida que llevabas antes, soltar la culpa, o incluso soltar esa versión de ti que siempre estaba para todos.
¿Pero qué pasa cuando decides hacerlo?
Cuando eliges dejar ir lo que ya no te sirve, algo mágico comienza a suceder. No es inmediato, ni fácil, pero poco a poco vas encontrando un nuevo tipo de paz.
Una paz que no depende de cumplir con todo ni de ser “perfecta”. Una paz que surge de aceptar, de adaptarte y de priorizarte sin culpa.
Este es un camino que muchas mujeres con fibromialgia recorren a diario, y aunque a veces se sienta cuesta arriba, cada paso hacia el arte de soltar es un paso hacia una vida más ligera y más auténtica.
El Peso de Sostener Todo
¿Te has detenido a pensar en cuánto llevas cargando?
A veces es el peso de las expectativas de los demás, a veces el tuyo propio. Tal vez intentas mantener todo bajo control: la casa, el trabajo, las relaciones, como si soltar algo fuera sinónimo de fallar.
Con Permiso Para Quejarte
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Pero sostenerlo todo puede agotarte, especialmente cuando vives con una condición que ya consume gran parte de tu energía.
A veces, lo que más necesitas no es hacer más, sino dejar ir.
Dejar Ir No Es Rendirse
Una de las creencias más difíciles de romper es la idea de que soltar significa fracasar. Pero en realidad, es un acto de sabiduría y amor propio.
Es reconocer que ciertas cosas, personas o expectativas ya no tienen un lugar en tu vida actual.
Por ejemplo soltar:
- La expectativa de ser quien eras antes de la fibromialgia no significa que te estás rindiendo. Significa que estás creando espacio para descubrir una nueva versión de ti misma, una que honre tus límites y necesidades.
- La culpa de no poder hacer todo no significa que no te importe. Significa que estás eligiendo priorizarte para poder estar presente en lo que realmente importa.
Soltar no es debilidad. Es un acto de fortaleza.
Cómo Empezar a Soltar
- Identifica lo que ya no te sirve
Haz una pausa y pregúntate: ¿Qué cosas me están pesando más de lo que deberían? Puede ser un pensamiento como “tengo que hacerlo todo”, una relación que te exige más de lo que puedes dar, o incluso un hábito que ya no encaja con tu vida.No tienes que soltarlo todo de inmediato, pero darles un nombre es el primer paso. - Acepta que está bien dejar ir
A veces, el mayor obstáculo para soltar es la culpa. Pero recuerda: cada vez que eliges dejar algo, estás eligiendo cuidarte. Piensa en ello como una forma de liberar espacio para cosas que realmente te nutren y te dan paz. - Hazlo poco a poco
Soltar no es un todo o nada. Tal vez hoy decides soltar la culpa de no poder hacer todo en casa. Mañana podrías ser la presión de decir “sí” a todo. Con cada pequeño paso, estás construyendo una vida más ligera y más alineada contigo misma.
El Espacio que Dejas Abierto
Cuando comienzas a soltar, algo increíble sucede: haces espacio para lo que realmente importa.
- Soltar relaciones tóxicas deja espacio para conexiones más significativas.
- Soltar la culpa deja espacio para la compasión hacia ti misma.
- Soltar expectativas irreales deja espacio para disfrutar el momento presente.
Piensa en ello como un armario abarrotado: al principio, puede dar miedo sacar cosas porque crees que las necesitarás más tarde.
Pero al hacerlo, te das cuenta de que tienes más espacio para lo que realmente amas y te sirve.
Historias de Mujeres que Han Aprendido a Soltar
Elena: Soltar la Perfección
Elena siempre fue la persona a la que todos acudían para pedir ayuda. Cuando la fibromialgia apareció en su vida, siguió intentando cumplir con todo, hasta que un día se derrumbó.
“Me di cuenta de que no podía seguir así. Comencé a decir ‘no’ cuando algo excedía mis fuerzas, y aunque al principio sentí culpa, ahora me siento más en paz.”
Ana: Soltar la Culpa
Ana solía culparse por no poder ser la madre activa que soñaba ser. “Sentía que estaba fallándole a mis hijos, pero un día, mientras veía cómo mi hija cuidaba de mí, entendí que también le estaba enseñando a ser compasiva.
Solté la culpa y empecé a valorar lo que podía hacer, en lugar de enfocarme en lo que no.”
Rituales para Practicar el Arte de Soltar
- Escritura Reflexiva: Dedica unos minutos al final del día para escribir algo que estás lista para soltar. Puede ser un pensamiento, una expectativa o una emoción que ya no quieres cargar.
- Respiración Consciente: Cuando sientas que algo te pesa, respira profundamente. Al exhalar, imagina que estás dejando ir esa carga.
- Un Objeto como Simbolismo: Escribe en un papel aquello que quieres soltar y quémalo (de forma segura) o guárdalo en un lugar que simbolice despedirte de ello.
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Dejar ir es un Regalo
Soltar no siempre es fácil, pero es liberador.
Cada vez que eliges dejar ir lo que ya no sirve, estás eligiendo a ti misma. Estás eligiendo abrir espacio para la calma, la paz y la posibilidad de una vida más ligera.
Recuerda: no tienes que soltar todo de una vez. Hazlo a tu propio ritmo, un pensamiento, una culpa, una expectativa a la vez. Y cada vez que lo hagas, celebra el espacio que estás creando para lo que realmente importa.
Tú mereces esa paz. Permítete recibirla.